En el gran corazón de África se
encuentra la República Democrática del Congo, donde se desarrolla un
conflicto ignorado por el mundo capitalista y que ha producido más de
cinco millones y medio de muertos y cuya cifra sigue aumentando. El 80%
de la población congoleña vive con menos de 0,3 dólares/día, mientras
que miles de millones de dólares salen del país ilegalmente para
beneficio de las grandes multinacionales occidentales y estadounidenses.
Después de 75 años de Colonización Belga, basada en la explotación y
el látigo, tras apenas unos meses de transición, la CIA y los servicios
secretos belgas se ocuparon de que Lumumba desapareciera y de que Mobutu
ocupase la presidencia del Congo.
Patrice Lumumba simbolizaba el idealismo, el nacionalismo congoleño
que quería controlar los recursos minerales de su país, para que las
riquezas minerales del Congo se revirtieran en su pueblo. Pero eso no
era aceptable para los Estados Unidos, ni para Bélgica, y rápidamente se
ocuparon de que fuera depuesto, torturado y asesinado el 16 de enero de
1961. No se conformaron con ello, y para que su espíritu también se
extinguiese, lo cortaron en pedazos que disolvieron en cianuro.
Así el camino quedaba libre para Joseph Desiré Mobutu, que iniciaba
su reinado sobre el asesinato del que había sido su compañero y mentor
en las luchas por la Independencia.
El régimen colonial belga se basó en las riquezas minerales del
Congo, y Mobutu gano entre el 65% y el 95% del presupuesto, financiado
en un alto porcentaje por Estados Unidos, era para su disfrute. Para la
población ni las migajas.
En la región de Kivu al este del país, se encuentran las mayores
reservas de minerales africanos: diamantes, oro, cobalto, estaño,
manganeso y coltán.
La ONU señala la guerra por los recursos naturales
Un informe de la ONU del 2002 señala la conexión directa entre la
guerra de la región del Kivu y la lucha por los recursos naturales. Las
responsabilidades se repartían entre las autoridades congoleñas
corruptas y sobornadas por los dólares; de los países vecinos, Ruanda y
Uganda que venden y exportan gratis y sin permiso las riquezas de esta
región, y las trasnacionales alrededor de 114 empresas multinacionales
norteamericanas, británicas, belgas, francesas y alemanas se benefician
de este saqueo al no tener que pagar nada por ellas.
Destacamos algunas de estas trasnacionales como por ejemplo: OM GROUP
con sede en Cleveland que es líder mundial en producción química basada
en el cobalto o níquel. Otra multinacional Cabot Corp extrae el coltán,
es fundamental en todos los circuitos electrónicos.
La segunda guerra congoleña entre 1998-2002 está en la lucha por
conseguir coltán. El anterior director de Cabot Corp era Samuel Bodman,
que por casualidad era el Secretario de Energía en los últimos tiempos
del gobierno de Bush. Otra trasnacional es Freeport Memoran con sede en
Phoenix que posee grandes concesiones mineras en el Congo como la de
Phelps Dodge.
Los señores de la guerra son el brazo de las trasnacionales
Hoy esta zona está ocupada por los llamados “señores de la guerra”
que se enfrentan al ejército congoleño. Se ha creado una trama de
sociedades interpuestas para gestionar todos estos minerales y que no se
sepa quién hace el expolio de estas riquezas pero que acaban en manos
de las trasnacionales de occidente, de China o de EEUU. Pero las
victimas como siempre en este tipo de conflictos es la población civil y
en este caso muy especialmente las mujeres, niños y ancianos.
Hace más de una década se produjo el genocidio ruandés con más de un
millón de muertos y este conflicto se extendió posteriormente a la
región de Kivu. Desde ese momento el ejército congoleño y milicias
locales con apoyo extranjero, luchan unos contra otros por el poder y
por poseer las riquezas de estas tierras. La mayoría de estos señores de
la guerra son apoyados por empresarios occidentales que están bien
conectados con Ruanda, tanto económica como militarmente.
El conflicto se trata de mucho más que una extensión de los
enfrentamientos entre las etnias tutsis y hutus que produjo la gran
masacre en Ruanda a mediados de la década del 1990. Francois Grignon del
Grupo de Crisis Internacional explica: “Nkunda es financiado por
empresarios de Ruanda para que puedan mantener control de las minas en
Kivu Norte. Esta es la esencia absoluta del conflicto. Lo que vemos
ahora es una pelea entre los beneficiarios de la ilegal economía de
guerra para mantener su derecho de explotación”.
Joseph Kabila, Presidente del Congo, ha usado el ejército para apoyar a
las milicias hutus que huyeron al oriente del Congo desde Ruanda luego
de realizar el genocidio de los tutsis en los años 90, y ahora también
controlan las lucrativas minas en esa área del Congo.
Uno de los más importante señores de la guerra es el ex general
Laurent Nkunda y su feudo es Masisi en el norte de Kivu, que es la joya
de la minería de la zona. Aquí están los mayores yacimientos de coltán,
mineral básico para las nuevas tecnologías de los teléfonos móviles y
las computadoras laptop. Es un mineral muy escaso y difícil de
encontrar, el 80% del coltán está en Kivu. Y más aún en la región de
Walikale, hay una disputa entre imperialistas para controlar el cobalto y
otros minerales claves para las armas y tecnología moderna.
En el año 2000, el coltán producía ganancias mensuales de US$ 20
millones para Ruanda. La lucha por la riqueza del Congo ya ha masacrado
más de 5.2 millones de personas durante la guerra civil del 1997-2003
luego de la caída del dictador Mobutu, que por años sirvió a la CIA.
Entonces, Angola y Zimbabue enviaron tropas para pelear junto al
gobierno congoleño contra los ejércitos de Ruanda y Uganda en lo que se
conoció como la “guerra mundial del África”.
Hoy, China está fuertemente metida en el Congo y en el resto de
África, incluyendo la petrolera Sudán, a costa de los intereses de los
imperialistas de EEUU, Inglaterra y Francia. Hace dos años, el
Presidente Kabila anunció planes para reconstruir la infraestructura del
Congo. Al negarle Washington y Londres esta ayuda, Kabila recurrió a
China. (En parte Washington ya tiene suficiente con las costosas guerras
en Irak y Afganistán).
Los gobernantes chinos, necesitando los minerales y otras materias
primas del Congo, han dado a Kabila US$ 8,000 millones para proyectos de
infraestructura. El banco de exploración-importación de China ha
prometido dinero para la construcción de carreteras y vías ferroviarias
en el Congo. China promete construir un nuevo ferrocarril conectando a
Katanga con la costa. Se han iniciado importantes proyectos
hidroeléctricos. El desplome económico global del capitalista de seguro
que recrudecerá todas las contradicciones en el Congo.
El desplome en el precio de materias primas podría tener el mismo
efecto que el colapso del precio mundial del café (la exportación
principal de Ruanda) que empobreció a gran parte de la población y
arreció la rivalidad étnica. Esto condujo al genocidio en Ruanda de los
años del 1990 al enfrentarse los capitalistas y politiqueros locales por
el control económico.
Hoy una mezcla similar podría conducir a más “limpieza étnica” y una
guerra civil más amplia. Los gobernantes locales luchan por el control
de la riqueza mineral de la región para compensar por cualquier pérdida
en el mercado mundial.
Los gobernantes de EEUU han establecido Africom, un comando militar
del Pentágono para el África, principalmente contra la presencia china
allí con el intento de recuperar control del continente usando medios
militares. Para los trabajadores africanos y sus aliados, la única
salida es unirse como una sola clase, rompiendo con todos los señores de
la guerra y patrones étnicos, y forjar un líder revolucionario que
defienda los intereses de su pueblo. Es una larga y ardua tarea, pero es
la única ruta hacia una verdadera liberación.
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