miércoles, 13 de noviembre de 2013

globalizacion empresas trasnacionales


La República Democrática del Congo no ha logrado engancharse al tren de la economía mundial. Su participación en el comercio global es cada vez más insignificante, y también parece decrecer el interés que ella suscita en el mundo. A esto habría que añadir, la situación de crisis profunda que afecta al continente en todos sus ámbitos: social, político, sanitario, educativo, etc. Estos son hechos cuyo porqué será interpretado de modos diversos, incluso opuestos, según puntos de vista, tendencias o presupuestos teóricos. 




En el gran corazón de África se encuentra la República Democrática del Congo, donde se desarrolla un conflicto ignorado por el mundo capitalista y que ha producido más de cinco millones y medio de muertos y cuya cifra sigue aumentando. El 80% de la población congoleña vive con menos de 0,3 dólares/día, mientras que miles de millones de dólares salen del país ilegalmente para beneficio de las grandes multinacionales occidentales y estadounidenses.
Después de 75 años de Colonización Belga, basada en la explotación y el látigo, tras apenas unos meses de transición, la CIA y los servicios secretos belgas se ocuparon de que Lumumba desapareciera y de que Mobutu ocupase la presidencia del Congo.
Patrice Lumumba simbolizaba el idealismo, el nacionalismo congoleño que quería controlar los recursos minerales de su país, para que las riquezas minerales del Congo se revirtieran en su pueblo. Pero eso no era aceptable para los Estados Unidos, ni para Bélgica, y rápidamente se ocuparon de que fuera depuesto, torturado y asesinado el 16 de enero de 1961. No se conformaron con ello, y para que su espíritu también se extinguiese, lo cortaron en pedazos que disolvieron en cianuro.
Así el camino quedaba libre para Joseph Desiré Mobutu, que iniciaba su reinado sobre el asesinato del que había sido su compañero y mentor en las luchas por la Independencia.
El régimen colonial belga se basó en las riquezas minerales del Congo, y Mobutu gano entre el 65% y el 95% del presupuesto, financiado en un alto porcentaje por Estados Unidos, era para su disfrute. Para la población ni las migajas.
En la región de Kivu al este del país, se encuentran las mayores reservas de minerales africanos: diamantes, oro, cobalto, estaño, manganeso y coltán.
La ONU señala la guerra por los recursos naturales
Un informe de la ONU del 2002 señala la conexión directa entre la guerra de la región del Kivu y la lucha por los recursos naturales. Las responsabilidades se repartían entre las autoridades congoleñas corruptas y sobornadas por los dólares; de los países vecinos, Ruanda y Uganda que venden y exportan gratis y sin permiso las riquezas de esta región, y las trasnacionales alrededor de 114 empresas multinacionales norteamericanas, británicas, belgas, francesas y alemanas se benefician de este saqueo al no tener que pagar nada por ellas.
Destacamos algunas de estas trasnacionales como por ejemplo: OM GROUP con sede en Cleveland que es líder mundial en producción química basada en el cobalto o níquel. Otra multinacional Cabot Corp extrae el coltán, es fundamental en todos los circuitos electrónicos.
La segunda guerra congoleña entre 1998-2002 está en la lucha por conseguir coltán. El anterior director de Cabot Corp era Samuel Bodman, que por casualidad era el Secretario de Energía en los últimos tiempos del gobierno de Bush. Otra trasnacional es Freeport Memoran con sede en Phoenix que posee grandes concesiones mineras en el Congo como la de Phelps Dodge.
Los señores de la guerra son el brazo de las trasnacionales
Hoy esta zona está ocupada por los llamados “señores de la guerra” que se enfrentan al ejército congoleño. Se ha creado una trama de sociedades interpuestas para gestionar todos estos minerales y que no se sepa quién hace el expolio de estas riquezas pero que acaban en manos de las trasnacionales de occidente, de China o de EEUU. Pero las victimas como siempre en este tipo de conflictos es la población civil y en este caso muy especialmente las mujeres, niños y ancianos.
Hace más de una década se produjo el genocidio ruandés con más de un millón de muertos y este conflicto se extendió posteriormente a la región de Kivu. Desde ese momento el ejército congoleño y milicias locales con apoyo extranjero, luchan unos contra otros por el poder y por poseer las riquezas de estas tierras. La mayoría de estos señores de la guerra son apoyados por empresarios occidentales que están bien conectados con Ruanda, tanto económica como militarmente.
El conflicto se trata de mucho más que una extensión de los enfrentamientos entre las etnias tutsis y hutus que produjo la gran masacre en Ruanda a mediados de la década del 1990. Francois Grignon del Grupo de Crisis Internacional explica: “Nkunda es financiado por empresarios de Ruanda para que puedan mantener control de las minas en Kivu Norte. Esta es la esencia absoluta del conflicto. Lo que vemos ahora es una pelea entre los beneficiarios de la ilegal economía de guerra para mantener su derecho de explotación”.
Joseph Kabila, Presidente del Congo, ha usado el ejército para apoyar a las milicias hutus que huyeron al oriente del Congo desde Ruanda luego de realizar el genocidio de los tutsis en los años 90, y ahora también controlan las lucrativas minas en esa área del Congo.
Uno de los más importante señores de la guerra es el ex general Laurent Nkunda y su feudo es Masisi en el norte de Kivu, que es la joya de la minería de la zona. Aquí están los mayores yacimientos de coltán, mineral básico para las nuevas tecnologías de los teléfonos móviles y las computadoras laptop. Es un mineral muy escaso y difícil de encontrar, el 80% del coltán está en Kivu. Y más aún en la región de Walikale, hay una disputa entre imperialistas para controlar el cobalto y otros minerales claves para las armas y tecnología moderna.
En el año 2000, el coltán producía ganancias mensuales de US$ 20 millones para Ruanda. La lucha por la riqueza del Congo ya ha masacrado más de 5.2 millones de personas durante la guerra civil del 1997-2003 luego de la caída del dictador Mobutu, que por años sirvió a la CIA. Entonces, Angola y Zimbabue enviaron tropas para pelear junto al gobierno congoleño contra los ejércitos de Ruanda y Uganda en lo que se conoció como la “guerra mundial del África”.
Hoy, China está fuertemente metida en el Congo y en el resto de África, incluyendo la petrolera Sudán, a costa de los intereses de los imperialistas de EEUU, Inglaterra y Francia. Hace dos años, el Presidente Kabila anunció planes para reconstruir la infraestructura del Congo. Al negarle Washington y Londres esta ayuda, Kabila recurrió a China. (En parte Washington ya tiene suficiente con las costosas guerras en Irak y Afganistán).
Los gobernantes chinos, necesitando los minerales y otras materias primas del Congo, han dado a Kabila US$ 8,000 millones para proyectos de infraestructura. El banco de exploración-importación de China ha prometido dinero para la construcción de carreteras y vías ferroviarias en el Congo. China promete construir un nuevo ferrocarril conectando a Katanga con la costa. Se han iniciado importantes proyectos hidroeléctricos. El desplome económico global del capitalista de seguro que recrudecerá todas las contradicciones en el Congo.
El desplome en el precio de materias primas podría tener el mismo efecto que el colapso del precio mundial del café (la exportación principal de Ruanda) que empobreció a gran parte de la población y arreció la rivalidad étnica. Esto condujo al genocidio en Ruanda de los años del 1990 al enfrentarse los capitalistas y politiqueros locales por el control económico.
Hoy una mezcla similar podría conducir a más “limpieza étnica” y una guerra civil más amplia. Los gobernantes locales luchan por el control de la riqueza mineral de la región para compensar por cualquier pérdida en el mercado mundial.
Los gobernantes de EEUU han establecido Africom, un comando militar del Pentágono para el África, principalmente contra la presencia china allí con el intento de recuperar control del continente usando medios militares. Para los trabajadores africanos y sus aliados, la única salida es unirse como una sola clase, rompiendo con todos los señores de la guerra y patrones étnicos, y forjar un líder revolucionario que defienda los intereses de su pueblo. Es una larga y ardua tarea, pero es la única ruta hacia una verdadera liberación.
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Mensajes


CARTA DE REP. DEM. CONGO
Un país a caballo entre el período terciario y la globalización

Bukama, 26 de abril de 2008

Mi nombre es GILBERT LONGWA KISUBA; tengo 44 años, estoy casado y soy padre de cinco hijos de los que viven cinco. Dirijo una escuela pública secundaria de 14 clases y me dedico a la enseñanza desde hace 14 años.
Mi familia vive del salario de miseria de mi trabajo y del de mi esposa que es profesora de primaria. Con los dos salarios, nos llega para hacer vivir y crecer a nuestros hijos que son todavía muy pequeños, el mayor de 12 años. Mi mayor preocupación y mi oración en todo momento es procurar al menos una comida al día a mis hijos, verles desarrollarse con buena salud y ayudarles a estudiar hasta que consigan aunque sólo sea un diploma de 3 años de universidad.
Mi país es la República Democrática del Congo (R. D. C.). Muy extenso por sus dimensiones, bello por sus aspectos físicos (fauna, flora, hidrografía...), es realmente un país turístico; pero desde el punto de vista social, económico y político, está a caballo entre el período terciario y la globalización: un país en que se codean pobreza y riqueza, tradición y modernismo, egoísmo y hospitalidad, progreso y retroceso, absolutismo y democracia... Un Congo de contraste.
En mi opinión, las prioridades para que este país despegue y tenga un status más o menos de país en vía de desarrollo, un país de derecho en que debe reinar la justicia, el espíritu de trabajo y el equilibrio social son:
- Eliminar diferencias y fosos entre los diferentes ciudadanos de este país; que la minoría más rica sepa compartir con la mayoría, despojada y olvidada.
- Desterrar las divisiones de clan, regionalistas para pertenecer sólo a un pueblo, el congoleño. Sólo a este precio se puede construir una nación única e indivisible.
- Cultivar el espíritu de trabajo colectivo y bien hecho.
- Cambiar las mentalidades de los dirigentes. Que tengan la buena voluntad de preocuparse del bienestar de su población.
- Pagar al funcionario un salario decente a tiempo.
¿Cómo considero yo al pueblo español? Generalmente muy pequeños de talla, pero grandes trabajadores y dinámicos. En poco tiempo este pueblo ha conseguido milagrosamente el nivel económico y político de los países llamados antiguamente “grandes”, como Alemania, Grecia, Francia... Con su sentido del trabajo, de amor al país, de lucha en común, los españoles han conseguido rápidamente clasificar su país entre los 8 grandes países de este mundo.
Políticamente, los españoles se interfieren menos en problemas de conflictos, de guerra en el mundo; se ocupan de sus asuntos internos, de su progreso.
Si yo fuese español, me sorprendería saber que en alguna parte, en el mismo planeta que el mío, un hombre de mi edad pudiera vivir y mantener a su familia de varios hijos con menos de 100 dólares al mes; y además siendo funcionario del Estado.
Gilbert Longwa Kisuba

Traducción del francés de Ignacio Otaño

Extracto de “Cartas del Sur al Norte”, PPC, Madrid 2009

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